El daño estructural que sufrió el edificio “Torre de Pisa” construido por un particular de manera irregular en la colonia Ampliación Benito Juárez, en Naucalpan, afectó a 17 familias, quienes desde el octubre del año fueron evacuados ante el riesgo de que el inmueble se viniera abajo.
Los trabajos para la demolición del inmueble de cuatro pisos, construido de manera irregular sobre una barranca, iniciaron hace un par de semanas. El gobierno municipal se comprometió a apoyar a las familias con el pago de la renta, durante el tiempo que duren los trabajos. A los vecinos afectados, les urge regresar a la normalidad; pues llevan siete meses fuera de sus hogares.
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Siete familias rentaban un departamento en el edificio y 10 familias habitaban en una de las casas de los alrededores.
La demolición tomará de 2 a 3 meses, y el gobierno municipal apoyará con pago de renta de 3 a 4 mil pesos mensuales; también recibirán kit de electrodomésticos.
Desde el 2 de octubre, cuando María del Rosario Arizmendi Arias, regresaba del mercado, se encontró con que ya no podía entrar a su vivienda, porque el edificio fue clausurado, ante el riesgo de venirse abajo. Ella forma parte de una de las siete familias que rentaban un departamento en este inmueble, quienes dejaron todas sus pertenencias, y recién las recuperaron.
“Así como me salí, no tenía ni ropa que ponerme. Fue muy difícil, nuestros familiares nos ayudaron, toda nuestra vida se quedó ahí. Ahora rento un departamentito que mi familia me ayuda a pagar. Las autoridades nos ayudaron a sacar nuestras pertenencias, pero algunos muebles y aparatos se rompieron o dejaron de funcionar”, comentó María del Rosario.
La señora Hilda se tuvo que cambiar a una comunidad ubicada a 40 minutos, donde paga 5 mil pesos de renta, cien pesos menos que lo que pagaba en la Torre de Pisa, pero por un espacio más pequeño; además tiene que gastar en pasajes para llevar a sus hijo a la misma primaria.
Para Juana Violeta Elías, quien vive en una casa frente al edificio, la afectación fue económica; pues con la inhabilitación de su vivienda, también permanecen cerrados una papelería y una estética, que eran la fuente de ingresos de su familia y la de su hermana.
“Nos movió todo, no teníamos necesidad de salir a trabajar, teníamos la facilidad de tener nuestros negocios ahí, atender nuestra casa y a nuestros hijos. Nos cierran los negocios, adiós ingresos, tuvimos que buscar un trabajo”.
La familia de Alma López Hernández, vecina desde hace 40 años, de una de las casas ubicadas abajo del edificio dañado, vive en una casa prestada.
“Cuando se presentó esta situación empezó a salir arena de la parte baja del edificio y tronó muy fuerte, salimos todos de las casas, vino Protección Civil y nos desalojó”.
En tanto, Celia López, Hernández pidió a las autoridades municipales agilizar las cosas para poder regresar a sus viviendas.