Uno de los beneficios que han llegado con las recientes lluvias que azotaron al Estado de México, fue que varios de los municipios que lo componen han podido tomar un respiro de la intensa sequía que vivieron durante varios meses, misma que afectó actividades relacionadas con la ganadería y agricultura, las cuales son el principal sustento de cientos de familias mexiquenses a lo largo y ancho del estado.
Según detalló el Sistema Meteorológico Nacional (SMN), mediante su más reciente reporte del Monitor de Sequía, que el 92.8 por ciento de los municipios mexiquenses han quedado libres de cualquier tipo de afectación por sequía, aunque todavía existen algunos lugares que siguen padeciendo la falta de lluvia que se ha vivido durante este 2025.
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El mismo Monitor de Sequía enfatizó que los municipios de Amanalco, Donato Guerra, Ixtapan del Oro, Otzoloapan, Santo Tomás, Temascaltepec, Valle de Bravo, Villa de Allende, Villa Victoria, Zacazonapan, y San José del Rincón, siguen en una condición "anormalmente seco", por lo cual, se exhorta los habitantes de estos lugares tomen sus precauciones con el uso y gasto de agua para evitar verse más afectados de lo que ya han vivido.
¿Cómo combatir las sequías?
Combatir las sequías requiere una combinación de estrategias de prevención, manejo eficiente del agua y adaptación al cambio climático. Una medida clave es mejorar la infraestructura hidráulica para reducir fugas y optimizar la distribución del agua. También es fundamental promover el uso responsable del recurso entre la población, mediante campañas de concientización y educación ambiental.
En el sector agrícola, se pueden implementar sistemas de riego tecnificado, como el riego por goteo, y fomentar el uso de cultivos resistentes a la sequía. Además, la reforestación y la protección de cuencas hidrológicas ayudan a conservar la humedad del suelo y recargar los mantos acuíferos.
A nivel gubernamental, es esencial establecer políticas públicas que promuevan la gestión integral del agua, así como planes de contingencia en zonas vulnerables. Finalmente, la inversión en tecnologías de captación de agua de lluvia y tratamiento de aguas residuales puede ampliar las fuentes disponibles y fortalecer la resiliencia ante sequías.
¿Cómo afectan las sequías al Estado de México?
Las sequías tienen un impacto significativo en el Estado de México, afectando tanto al medio ambiente como a la vida cotidiana de sus habitantes. Una de las principales consecuencias es la disminución en la disponibilidad de agua, lo que afecta directamente al suministro para uso doméstico, agrícola e industrial. Municipios como Toluca, Ecatepec y Nezahualcóyotl ya han enfrentado restricciones en el suministro, generando conflictos sociales y afectaciones en la salud pública.
En el ámbito agrícola, las sequías provocan pérdidas de cultivos y reducen la productividad del campo, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad para subsistir. La falta de agua también contribuye al deterioro de los suelos y a la pérdida de biodiversidad en ecosistemas locales como bosques y pastizales. Además, se agravan los riesgos de incendios forestales, que pueden tener consecuencias devastadoras para el medio ambiente y las comunidades cercanas.
En zonas urbanas, la presión sobre las fuentes de agua como el Sistema Cutzamala aumenta, ya que este abastece a una parte importante del Valle de México. Esto pone en riesgo la sostenibilidad hídrica de la región y evidencia la necesidad urgente de políticas de manejo integral del agua. Las sequías en el Estado de México afectan la seguridad hídrica, la agricultura, la economía y el medio ambiente, y exigen una respuesta coordinada entre gobiernos, ciudadanos y sectores productivos para mitigar sus efectos y adaptarse a un clima cada vez más extremo.