Las recientes lluvias evidenciaron las malas condiciones y el abandono en que se encuentran las principales vialidades del Valle de México. Una de ellas es el Periférico Norte, por el que circulan diariamente alrededor de 200 mil vehículos.
Lo que muchos no saben es que avenidas como Gustavo Baz, José López Portillo, Vía Morelos, Primero de Mayo, Vialidad Mexiquense, Paseo Tollocan, entre otras, están concesionadas a empresas privadas para su “mantenimiento” desde los años 2011 y 2019.
Fue el gobierno priista del Estado de México, en 2011, el que retiró a la Junta de Caminos la atribución de conservar y rehabilitar estas vialidades. Y las concesionó a empresas privadas bajo contratos ventajosos para los consorcios y perjudiciales para la ciudadanía.
Desde entonces, a lo largo de más de una década, el Periférico Norte se ha deteriorado visiblemente. Y quienes más han sufrido las consecuencias son las y los automovilistas mexiquenses, víctimas del abandono.
En total, los gobiernos priistas entregaron 2,274 kilómetros de red vial estatal a distintos consorcios mediante esquemas de participación privada. Bajo el modelo de Proyecto de Prestación de Servicios (PPS) se concesionaron 636.98 kilómetros de vialidades libres de peaje, mientras que a través de un contrato de Asociación Público-Privada (APP) se transfirieron 1,637 kilómetros adicionales.
La ciudadanía desconoce que los contratos entregados por aquel gobierno priista no solo trasladaron la responsabilidad pública a manos privadas, sino que se firmaron por 20 años.
Hoy seguimos pagando las consecuencias.
Lo más grave es que el contrato PPS contempla una cláusula llamada “exención por no disponibilidad”, que libera a la empresa de mantener las vías bajo estándares de calidad si hubo una intervención de terceros, es decir, si la vialidad fue modificada por alguna obra posterior.
Un ejemplo de esas modificaciones fue la construcción del segundo piso del Periférico. Durante la temporada de lluvias, el agua que cae desde esa estructura hacia la parte baja provoca encharcamientos, baches e incluso boquetes. Y con ello, complica severamente la circulación.
Ante esta situación, la administración municipal de Naucalpan ha tenido que intervenir en varios puntos, para prevenir daños mayores: desde llantas ponchadas hasta situaciones de inseguridad como asaltos a conductores que se detienen a cambiar sus neumáticos. Hechos que incluso se han difundido ampliamente en redes sociales.
Afortunadamente, el actual Gobierno del Estado de México, encabezado por la maestra Delfina Gómez, a través de la Junta de Caminos, ya ha iniciado los trabajos de rehabilitación del Periférico Norte, luego de un proceso de diálogo con la empresa concesionaria.
Esta vialidad -la más transitada del estado- recorre los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Tepotzotlán, y cuenta con 12 carriles entre centrales y laterales.
Los trabajos cubrirán 22 kilómetros de carriles centrales, desde Toreo hasta Tepalcapa, así como 32 kilómetros de laterales, desde Naucalpan hasta la caseta de la autopista México-Querétaro en Tepotzotlán.
Es fundamental que la ciudadanía conozca el origen de este problema estructural.
Y también las acciones actuales que se están tomando. Porque muchas veces se culpa a los gobiernos presentes por las consecuencias de decisiones del pasado.
Hoy, desde los gobiernos transformadores, recuperamos lo que nunca debió dejarse en manos privadas: las rutas por donde transita la vida, la dignidad y el trabajo del pueblo mexiquense.